
Alrededor de 11.000 nuevas sustancias se registran cada día en todo el mundo procedentes de productos químicos industriales, pesticidas, medicamentos, productos de limpieza o plásticos, entre muchos otros. Prácticamente todas estas sustancias encuentran su camino en las aguas naturales, aunque en algunos casos en muy bajas concentraciones. Sin embargo, todas pueden acabar formando parte del agua de nuestro grifo, de ahí la importancia de establecer sistemas de vigilancia que contribuyan a la evaluación continuada de la seguridad del agua de consumo humano.
De acuerdo con esta problemática, el grupo de investigación del Instituto Federal Suizo de la Ciencia y Tecnología Acuática (Eawag) ha realizado un estudio centrado en los efectos de contaminantes del agua, como son los plaguicidas o varias sustancias químicas de desecho para evaluar su efecto y su posterior tratamiento. Si bien la investigación se ha centrado en los efectos de cada una de las sustancias bajo condiciones controladas de laboratorio, es evidente que la situación real en las aguas naturales que consumimos es mucho más compleja.

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